En todas las etapas de nuestra vida, ya sea por pérdidas físicas o por cambios en nuestra vida (personales, relacionales, materiales o laborales), tendremos un pequeño proceso de duelo.

De esta forma, es importante tener en cuenta que la palabra “duelo” casi siempre se encuentra vinculado a una pérdida relacionada con un fallecimiento de una persona allegada, sin embargo, como hemos señalado, el duelo se puede asociar a la pérdida o cambio de cualquier aspecto, siempre y cuando haya una vinculación afectiva o significativa a aquello que se ha perdido, así, algunas personas necesitarán terapia psicológica para superar un proceso de duelo, aun cuando éste no se deba a la pérdida de un ser querido. El duelo se puede asociar a la pérdida o cambio de cualquier aspecto, siempre y cuando haya una vinculación afectiva o significativa a aquello que se ha perdido.

El proceso de duelo, como su nombre indica, implica un proceso, esto quiere decir que en un período de tiempo, diferente para cada persona, se producirán unos cambios psicológicos, psicosociales y emocionales que emergerán fruto de la pérdida vivida. 

Para poder llevar a cabo este proceso de duelo, hay que hacer un trabajo psicológico activo por parte de la persona afectada, lo cual, implica superar sus reacciones negativas hacia la perdida y reorientar su actividad mental para recomponer su mundo interno y externo.